Hoy es 20 de diciembre del año 2012 y medio mundo está pendiente de qué pasará mañana. Pendiente de si será verdad el rumor que lleva circulando desde hace tiempo. Un rumor, supuestamente basado en una profecía de los mayas, según la cual mañana sería el día marcado para el fin del mundo. Un mundo que mientras tanto sigue, cómo no, a lo suyo. Mientras algunos rematan sus asuntos preparándose para lo peor, la mayoría seguimos haciendo las cosas habituales en nuestra vida. Será porque, a nuestros años, ya hemos pasado por varios días en los que se suponía que el mundo se iba a acabar y a la mañana siguiente volvía a salir el sol. Eso sí, a veces algo nublado.
Toda esta historia se basa en una antigua creencia de los mayas, una civilización que poseía grandes conocimientos de astronomía, gracias a los cuales fueron capaces de definir los ciclos de algunos de los planetas de nuestro sistema solar. Su minuciosa observación de los cielos, les permitió crear un modelo de calendario bastante preciso. Así, nos encontramos con que, según sus creencias, la historia de nuestro planeta estaba formada por diferentes ciclos a los que ellos llamaban Mundos. Cada Mundo tenía una duración de 1.872.000 días, al término de los cuales se acababa ese Mundo y empezaba otro nuevo. Algo así como si en nuestro calendario cambiáramos de siglo o de milenio. Ellos vivían en el cuarto Mundo de la historia de la tierra, que había empezado en el que para nosotros habría sido el 13 de agosto del año 3144 a. C. y que, por tanto, se habría de terminar el 21 de diciembre del 2012, es decir, mañana.
A partir de aquí, todo lo demás son interpretaciones libres que cada uno pueda hacer. Sin embargo, ellos no dijeron que el mundo se fuera a destruir físicamente, ni predijeron ninguno de los múltiples cataclismos terminales que podemos oír estos días. La cosa es mucho más sencilla. Mañana se acabaría un ciclo de la vida de la tierra y empezaría otro diferente, lo cual a algunos nos permite ser unos privilegiados que no solo habríamos vivido un cambio de siglo y de milenio, sino también un cambio de Mundo, según las creencias mayas. El cambio de siglo y el de milenio, pasaron sin pena ni gloria y desde entonces, todo sigue más o menos igual para la humanidad, si no peor. Esperemos que la civilización maya tuviera razón y mañana empiece una nueva etapa en la Tierra, pero, a ser posible, para mejor.
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